¡Dios Te Bendiga!
Has estado preparando y empacando por semanas para un viaje familiar…te iras de paseo en carro con tu familia. Tu casa rodante (RV) está totalmente preparada para tu viaje. Compraste la comida necesaria, empacaste tu ropa y todo lo demás para poder disfrutar del paseo y la naturaleza. Todos están súper entusiasmados y con buenos ánimos. Llega el día de partir y todos se suben rápidamente y arrancan. Todos comienzan a disfrutar del paisaje, llevan manejando un buen rato y al llegar a una zona remota de un momento a otro el carro se detiene porque se ¡acabo la gasolina! Te aseguraste de llenar tu casa rodante de todo lo que necesitabas menos del ingrediente más importante que te llevaría a tu destino; la gasolina te ayudaría a pasar por esas zonas remotas o tal vez hasta peligrosas rápidamente. Ahora estas asustado y desamparado sin poder avanzar, no tienes gasolina de repuesto, no tienes como llegar a la próxima gasolinera; ¡te sientes perdido y sin esperanza alguna!
¿A cuántos de nosotros nos sucede lo mismo que a esta casa rodante? Estamos llenos de muchas cosas que necesitamos en esta vida pero estamos vacíos de la gasolina que necesitamos en nuestro diario vivir (La Palabra de Dios). Cuando tenemos ese tanque vacío sufrimos mucho más al pasar por los desiertos que a veces nos enfrentamos, no tenemos nada para defendernos de todo lo que el enemigo nos tira encima. Sal de tu casa rodante (las circunstancias/los problemas) y camina a la gasolinera más cercana (la iglesia) y llénate de la Palabra y el Espíritu de Dios. ¡Llena tu tanque al máximo y prepárate para la próxima vez que tengas que pasar por un desierto!
¡Esperando ansiosa mi próximo encuentro con Dios!
Pastora Elizabeth Z. Perez